Autoría: Evelio Rosero
Reseña del librero Ricardo Quintero
Tusquets, 2019
LUNA. Siempre he asociado esa palabra con aburrimiento, anonimato y pereza. La luna para mí era como un cuarto de techo muy alto, paredes lisas y blancas con un frío sutil que se me metía por dentro de la piel. Cuando leí (hace exactamente un año) Señor que no conoce la Luna, me llené de temor porque estaba viviendo lo que estaba leyendo: salir era un crimen.
Mi mundo se estaba convirtiendo en frases cortas, no en párrafos, y ni pensar en capítulos. Sentirse desnudo había cambiado de connotación, no era lo que los comerciales de gente bonita anunciaban: “sin esperanza ningún cuerpo decrépito puede sobrevivir”. Como la nouvelle de Rosero, donde hay que esconder la rareza y todo lo “establecido” debe verse y valorarse. “No hay muchas fuerzas en mis manos, pero el odio es otra fuerza, acaso más poderosa porque proviene de lo más remoto de la sangre”. Esconderse no era la solución, verse y enfrentarse a la realidad es lo que se debe hacer cuando reinan la confusión y las decisiones a la ligera. Creo que el autor sí conoce la luna, porque nuestros entornos están ahora encerrados y secos, de techos altos, luchando para que la desconexión no nos vaya a cegar. “Déjalo ir, es solo una mirada ambulante”.
Mensaje del librero para los lectores de este libro: (Y) (SE) ATRE(VIÓ) (A) VI(VI)IR (DES)NUDA.
Encuentra Señor que no conoce la Luna en nuestra librería virtual (clic aquí).